El suelo agrícola
es aquel que tiene las características adecuadas para el desarrollo de la
actividad de la agricultura, es decir, que es propicio para el desarrollo
de la vida, teniendo en cuenta que a partir de la agricultura se
producen vegetales, legumbres, oleaginosas, etcétera.
De todas maneras, también el suelo agrícola supone que sea adecuado para la producción ganadera, a partir de la cual se trabaja sobre la crianza de animales.
Las principales características del suelo agrícola es que se encuentra en zonas de clima que favorecen el desarrollo y crecimiento de cultivos, teniendo en cuenta principalmente la variación de precipitaciones (lluvias), temperatura, vientos, periodicidad de sucesos como fenómenos climáticos (tormentas eléctricas, vientos fuertes, etc.); por otra parte, el suelo debe ser rico en nutrientes, y también influye la pendiente del suelo
El pH del suelo aporta una información de suma importancia en diversos ámbitos de la edafología. Uno de la más importante deriva del hecho de que las plantas tan solo pueden absorber los minerales disueltos en el agua, mientras que la variación del pH modifica el grado de solubilidad de los minerales. Por ejemplo, el aluminio y el manganeso son más solubles en el agua edáfica a un pH bajo, y cuando tal hecho ocurre, pueden ser absorbidos por las raíces, siendo tóxicos a ciertas concentraciones. Por el contrario, determinadas sales minerales que son esenciales para el desarrollo de las plantas, tal como el fosfato de calcio, son menos solubles a un pH alto, lo que tiene como resultado que bajo tales condiciones sean menos disponibles con vistas a ser absorbidos y nutrir las plantas.
Importancia que tiene conocer el Ph del
suelo
Las letras pH son una mera
abreviación de “pondus hydrogenii“, traducido del latín como potencial de
hidrógeno. Sorensen en 1909, introdujo el concepto para referirse a
concentraciones muy pequeñas de iones hidrógeno. Se trata pues del proponente
del concepto de pH. Puede decirse en términos muy básicos, que las sustancias
capaces de liberar iones hidrógeno (H+) son ácidas y las capaces de ceder
grupos hidroxilo (OH-) son básicas o alcalinas.
El pH es una medida de la
concentración de hidrógeno expresado en términos logarítmicos. Los valores del pH se reducen a medida que la
concentración de los iones de hidrógeno incrementan, variando entre un rango de
0 a 14. Los valores por debajo 7.0 son
ácidos, valores superiores a 7.0 son alcalinos y/o básicos, mientras que los
que rondan 7.0 son denominados neutrales.
Por cada unidad de cambio en pH hay un cambio 10 veces en magnitud en la
acidez o alcalinidad ( por ejemplo: un pH 6.0 es diez veces más ácido que uno
de pH 7.0, mientras que un pH 5.0 es 100 veces más ácido que el de 7.0).
Dicho de otro modo, La acidez de un suelo depende pues de la concentración de hidrogeniones [H+] en la solución de las aguas y se caracteriza por el valor del pH., que se define como el logaritmo negativo de base 10 de la concentración de H+ : pH.= -log10 [H+]. Es un elemento de diagnóstico de suma importancia, siendo el efecto de una serie de causas y a su vez causa de muchos problemas agronómicos.
El pH del suelo aporta una
información de suma importancia en diversos ámbitos de la edafología. Uno de la
más importante deriva del hecho de que las plantas tan solo pueden absorber los
minerales disueltos en el agua, mientras que la variación del pH modifica el
grado de solubilidad de los minerales. Por ejemplo, el aluminio y el manganeso
son más solubles en el agua edáfica a un pH bajo, y cuando tal hecho ocurre,
pueden ser absorbidos por las raíces, siendo tóxicos a ciertas concentraciones.
Por el contrario, determinadas sales minerales que son esenciales para el
desarrollo de las plantas, tal como el fosfato de calcio, son menos solubles a
un pH alto, lo que tiene como resultado que bajo tales condiciones sean menos
disponibles con vistas a ser absorbidos y nutrir las plantas. Obviamente en la
naturaleza, existen especies vegetales adaptadas a ambientes extremadamente
ácidos y básicos. Empero las producciones agropecuarias suelen basarse en
cultivares que soportan ambientes iónicos de las soluciones del suelo menos
extremos. En la práctica, resulta infrecuente encontrar suelos con pH
inferiores a 3,5 o superiores a 10. En este post, destinado a los estudiantes,
relataremos algunos aspectos básicos sobre la importancia que atesora este
indicador del estado del medio edáfico.
El pH del suelo es generalmente
considerado adecuado en agricultura si se encuentra entre 6 y 7. En algunos suelos, incluso con un pH natural
de 8, pueden obtenerse buenos rendimientos agropecuarios. Sin embargo, a partir de tal umbral las
producciones de los cultivos pueden mermarse ostensiblemente. En la mayoría de
los casos, los pH altos son indicadores de la presencia de sales solubles, por
lo que se requeriría acudir al uso de cultivos adaptados a los ambientes
salinos. Del mismo modo, un pH muy ácido, resulta ser otro factor limitante
para el desarrollo de los cultivares, el cual puede corregirse mediante el uso
de enmiendas como la cal. Del mismo modo, a veces se aplican de compuestos de
azufre con vistas a elevar el pH de los suelos fuertemente ácidos.
El pH del suelo influye en
el desarrollo de las plantas y viceversa, la acidez también, en parte, el
resultado de los lixiviados y descomposición de los restos vegetales, así como
de la actividad biológica del suelo. A modo de ejemplo, el intercambio
catiónico realizado por las raíces de las plantas disminuye la estima del pH
del suelo, influyendo también la descomposición del humus, así como la
respiración de los organismos del suelo.
El
pH y la asimilación de nutrientes
El pH del suelo aporta una
información de suma importancia en diversos ámbitos de la edafología. Uno de la
más importante deriva del hecho de que las plantas tan solo pueden absorber los
minerales disueltos en el agua, mientras que la variación del pH modifica el
grado de solubilidad de los minerales. Por ejemplo, el aluminio y el manganeso
son más solubles en el agua edáfica a un pH bajo, y cuando tal hecho ocurre,
pueden ser absorbidos por las raíces, siendo tóxicos a ciertas concentraciones.
Por el contrario, determinadas sales minerales que son esenciales para el
desarrollo de las plantas, tal como el fosfato de calcio, son menos solubles a
un pH alto, lo que tiene como resultado que bajo tales condiciones sean menos
disponibles con vistas a ser absorbidos y nutrir las plantas.
Porqué
hay diferentes pH
Depende de diversos factores, entre los que destaca
- Tipo de minerales presentes en un suelo
- Meteorización (de tales minerales y los que contiene la roma madre)
- Humificación en sentido amplio (descomposición de la materia orgánica)
- Dinámica de nutrientes entre la solución y los retenidos por los agregados
- Propiedades de los agregados del suelo y en especial lo que se denomina intercambio iónico
el pH del suelo influye en
el desarrollo de las plantas y viceversa, la acidez también, en parte, el
resultado de los lixiviados y descomposición de los restos vegetales, así como
de la actividad biológica del suelo. A modo de ejemplo, el intercambio
catiónico realizado por las raíces de las plantas disminuye la estima del pH
del suelo, influyendo también la descomposición del humus, así como la
respiración de los organismos del suelo.
La solubilidad de numerosos
compuestos que contienen fósforo en el suelo está determinada principalmente
por el pH.
Los fosfatos de hierro,
manganeso y aluminio son poco solubles en agua (con pH neutro). Así, ellos
predominan en suelos ácidos. Por el contrario, a un nivel de pH superior a 7.0,
se producen compuestos insolubles de fósforo con calcio (Ca) y magnesio (Mg) y
sodio (Na). Entonces, las formas más solubles y disponibles de P, en general,
se presentan dentro de rangos de pH entre 5.5 y 7.0. También es importante
recordar que los cultivos tienen sus preferencias en cuanto a pH en el suelo.
Dependiendo de la especie, algunos cultivos "prefieren" suelos
calcáreos, con altos contenidos de carbonatos de calcio (plantas calcíferas),
como la alfalfa, que prospera en suelos neutros o ligeramente alcalinos, en
cambio, algunas plantas prefieren suelos con pH ligeramente ácidos como las
patatas, el café y el tabaco.
Cuando nos referimos al pH
del suelo, solemos hacerlo a la solución de las aguas del suelo en un momento
dado, aunque ya veremos que existen otros tipos de estimaciones. En consecuencia, estimamos la fracción activa de iones hidrógeno [H+]. En
base a esta última podemos clasificar los suelos según su grado de acidez en
los siguientes tipos:
Muy ácido pH. < 5,5
Ácido 5,6< pH. < 6,5
Neutro 6,6 > pH
< 7,5
Básico o ligeramente
alcalino 7,6 > pH > 8,5
Muy alcalino pH > .8,6
Como conclusión digamos tan
solo que, el pH del suelo influye en el desarrollo de las plantas y viceversa,
la acidez también, en parte, el resultado de los lixiviados y descomposición de
los restos vegetales, así como de la actividad biológica del suelo. A modo de
ejemplo, el intercambio catiónico realizado por las raíces de las plantas
disminuye la estima del pH del suelo, influyendo también la descomposición del
humus, así como la respiración de los organismos del suelo.
Pues el pH es muy importante
para el desarrollo de las plantas pues dependiendo de el potencial de hidrógeno
se determina que tipo de suelo es con el que nos encontramos así como el
cultivo que mejor se adecue al suelo y viceversa
No podemos poner cualquier
cultivo en cualquier suelo sin tener en cuenta el pH como uno de los factores a
tener en cuenta y que son determinantes para el mejor aprovechamiento tanto del
suelo como de los cultivos a sembrar.
Comentarios
Publicar un comentario